16 may 2020

CONSTRUCCIÓN DE LA ERMITA DE SAN PASCUAL Y FUNDACIÓN DE LA CAPELLANÍA

A modo de introducción

Mal empezó el siglo XVIII con el inicio de la Guerra de Sucesión (1701-1713) que acabó asegurando la dinastía de los Borbones en una España unificada “por derecho de conquista”. Los estados de la Corona de Aragón, que habían dado su apoyo al Archiduque de Austria, pagaron cara su derrota perdiendo su independencia e instituciones, pasando a ser gobernados según el modelo de la administración castellana. Alcañiz fue cabeza de un amplio corregimiento que se extendía por lo que conocemos como el Bajo Aragón histórico con más de 100 localidades asignadas, entre las que se encontraba nuestra villa, continuando la vinculación histórica que, como territorio calatravo, se remontaba a la época de la reconquista a principios del siglo XIII.  La pérdida de las instituciones de gobierno propias, acarreó cambios en la administración local: los tradicionales concejos locales, con sus jurados al frente, desaparecieron para dar paso a los ayuntamientos formados por regidores y síndicos. Por aquel entonces nuestra villa contaba, aproximadamente,  con un millar habitantes repartidos entre el núcleo urbano, similar al actual, y una treintena de masadas diseminadas por su amplio término.

La villa de Ejulve pertenecía a la Diócesis de Zaragoza y en esta época la presencia del clero local tenía una importancia que iba mucho más allá de su estricta misión espiritual y condicionaba la economía de la localidad como principal agente extractor de los excedentes económicos: mediante el cobro de diezmos y primicias sobre cereales, lana y corderos, con destino al Arzobispo. Además, en la Parroquia había instituidos a finales del siglo XVII diversos Beneficios y Capellanías, a cuyo frente se hallaba un sacerdote que pertenecía al Capítulo Eclesiástico que llegó a contar más de una docena de miembros. Estas instituciones eran propietarias, desde su fundación en siglos anteriores, de numerosísimas fincas que eran cultivadas por las familias ejulvinas que estaban obligadas, mediante contratos (treudos) antiguos, al pago de una renta anual para el mantenimiento del clero ejulvino.


Sobre la construcción del edificio y la fundación de la Capellanía

Pero retomemos la historia de la Capellanís y la ermita de san Pascual. Según consta en la losa que hay situada en la entrada, el 18 de junio 1688, el ejulvino Antonio Campos Muñoz que poseía la vicaría de Ejulve, dio inicio a la construcción de un templo en un terreno de su propiedad, situado en el centro de la villa junto a su vivienda. La construcción era ambiciosa y siguió el modelo de los templos de estilo barroco, decorando su interior con recargados estucos de colores.

Como hemos visto, los años que siguieron a la colocación de aquella primera piedra, fueron complicados y ello quizá explique el retraso -como una maligna premonición- en su definitiva puesta en funcionamiento.  Habían pasado ya veinticinco años cuando el 30 de julio de 1713 se recogían las últimas voluntades el Maestro Antonio Campos  donde dispuso y ordenó sus bienes temporales en la fundación de un Capellanía ‘sub invocatione’ de Jesús María y José y San Pascual Bailón, nombrando como ejecutores testamentarios al vicario de Gargallo, Ldo. Antonio León y Joseph Villar y Domingo Serrano beneficiados ambos de la parroquia de Ejulve. Pues bien, no parece que fueron muy diligentes y tres años más tarde, el Arzobispo, tras la Visita Pastoral, les instó a presentarse en Zaragoza el día 8 de diciembre de 1716 por no haber pasado cuentas ni haber ejecutado lo testado por Mosén Antonio. bajo la pena de 6 meses de cárcel y cien doblones para cada uno...  exigiendo que lo hiciesen presentándolas con toda forma y recaudos necesarios para pasarlas.

Resumiendo, que los inicios de la Capellanía de San Pascual no fueron como los previstos por su fundador y ya se sabe que “lo que mal empieza mal acaba”. Pero no adelantemos acontecimientos y sigamos con un poco de orden las previsiones y obligaciones instituidas por el vicario ejulvino.

En el testamento dejó claro que los futuros capellanes estaban obligados a celebrar cada semana en dicha Hermita de San Pascual Bailón tres misas rezadas la una todos los dias de fiesta y las demas restantes si hubiera fiestas las haya de celebrar los dichos dias, y las aplique, las dos por el alma del maestro Antonio Campos fundador, sus padres, hermanos, tios Nicolas Muñoz y Domingo Muñoz, y por aquellos que dicho maestro Campos y los suyos tubieren obligación de rogar, y la tercera á voluntad del Capellán y siempre las tres misas se celebraran en la Hermita.

Foto: JAP, Ermitas de Ejulve del CELAN
También quedó negro sobre blanco que quien accediese a gozar de la Capellanía no podía poseer ningún otro Beneficio o Capellanía, es decir, que la había de poseer y administrar con dedicación exclusiva. Especificaba otras condiciones como que fuese mayor de 18 años, la obligatoriedad de confesar a los pobres y á ordenarse in sacris hasta la edad de veintiocho años cumplidos… Nombraba como primer capellán a Felipe García quien nieto de Ana Mª Muñoz una prima hermana de Mosén Antonio. Todo quedaba en la familia y así quería que fuese en el futuro al dejar escrito que, entre los aspirantes a capellanes, tendrían preferencia los descendientes de dicha prima y en caso de no haberlo fuese los descendientes de Pascual Campos, Juan Campos de la Cañadilla y demás Campos de la descendencia… y en falta de estos y no en otra manera sea presentado un hijo natural y bautizado en la pila bautismal de esta villa de Ejulve, y en caso de haber dos de un mismo grado, queremos sea preferido y presentado, así en parientes como en no parientes, el mas hábil y suficiente en letras, virtud y costumbres, siendo examinado por hombres peritos y doctos, declarando estos según conciencia cual sea el mas hábil y suficiente en virtud y literatura y más próximo por ella a las ordenes sacras. Como vemos todo quedó bien claro y previsto como la fundación lo requería.

Enumeración de las propiedades asignadas

Para asegurar el mantenimiento de los futuros capellanes y hacer atractiva su posesión, cumpliendo todos los requisitos y obligaciones (que hemos abreviado), la Capellanía fue dotada de 100 Libras de renta anual, cargadas sobre varios censos (préstamos) sobre el Ayuntamiento y particulares, así como por la explotación de diversas propiedades rústicas. He aquí el resumen: 

Censos sobre capitales prestados ( (L.=libras / s.=sueldos / d.=dineros)     

- José y Tomás Picurul, Jerónimo Valero (Castellote): desde 25/04/1669 sobre 120 L., pagaban 120s. de renta anual.
-Heredereos de Matías Pascual: desde 12/02/1680 por un capital de 40L, pagaban de rento 4s.
-Pelipe Campos y Cecilia Sesé: desde 20/01/1681, con un capital de 11L. pagaban 11s de rento
-Gabriel Vicente yMaría Lacueva: desde 7/11/1688, sobre 50L.  pagaban 50s. anuales
-Jerónimo Vicente y Magdalena Sales: cuatro censos (1678, 1681, 1681 y 1888) que sumaban 134L pagaban 134s. anualmente
 -Ayuntamiento de Ejulve: desde 17/12/1703. sobre 787 L. 113 s. y 4d. asumían una renta de 787s y 8d, anualmente.
Propiedades urbanas y rústicas:  casas en la villa y 34 fincas repartidas por La Fuente Serrano, Los Santanales, Val de la Hiedra, el Vadillo, Las Losas, La Canaleta, Valdelamán (con corral), El Pontarrón (con corral), La Vega, La Olmildilla (con corral), Las Cequias, Azarollos de Stª Maria (¿La Cerollera?), Cabezuelo, Val de Gimeno y Val del Pinar (corral) que sumaban una renta anual, en especie, de unos 24 cahíces de trigo

Los primeros capellanes se hacen cargo de San Pascual

El 27 de abril de 1919 se instituía formalmente la Capellanía y se nombraba el 4 de mayo, como primer capellán al citado Felipe García que la poseyó hasta su fallecimiento en 1723. A continuación, el nombrado fue Juan García Villar, presbítero de la parroquial de Ejulve, pero en 1726 ya surgió el primer conflicto en un proceso eclesiástico n el que se acusaba que no es confesor ni tiene lizencia para ello, por lo que no cumple uno de los requisitos que dejó fijados el Mtº Antonio Campos en la institución. Quien pretendía acceder a la capellanía era Raimundo Bernardo Brumós, estudiante que alegaba tener todos los derechos sobre la capellanía, Juan García adujo que era nieto de la prima de Mosén Antonio, la citada Ana Mª Muñoz y parece ser que de ahí no pasó la cosa puesto que siguió gozando de la Capellanía (y de sus rentas) hasta su fallecimiento en 1757.

Le siguió como capellán otro Mosén Felipe García, con el mismo nombre que el primer nombrado, hasta una edad muy avanzada y en 1816 tras su muerte, la solicitó D. José García. Pero ya entramos en otra etapa histórica: el convulso siglo XIX trastocó muchas cosas y, entre los cambios legislativos y las maniobras codiciosas de algunos interesados, la Capellanía entró en un estado de crisis que arrastró durante decenios. Eso es otra parte de la historia, que habrá que seguir contando...

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