29 may 2018

MAYO DE 1836: el conflico carlista en las calles de Ejulve

Ramón Cabrera
En 1833 dio comienzo la Primera Guerra Carlista aparentemente por una cuestión dinástica, pero lo cierto es que existían muchas contradicciones en aquel contexto de sustitución de una sociedad tradicional por otra de corte liberal. Nuestro pueblo se vio afectado por los enfrentamientos y en sus calles e inmediaciones hubo tiros, muertos, asaltos,... Como en todos los conflictos siempre hay quien paga los platos rotos y las gentes sencillas de la época, que ya tenían muchas dificultades para superar el día a día, se vieron inmersas en un conflicto lleno de peligros y amenazas.

A lo largo del año 1836 tuvieron lugar en Ejulve diferentes escaramuzas -algunas muy graves- entre las tropas carlistas e isabelinas. Ante la presencia de los rebeldes -leales al pretendiente D. Carlos- acudían las fuerzas liberales -defensoras de la reina Dª. Isabel- acantonadas en las plazas de los alrededores, para evitar su presencia, en un momento en que las fuerzas carlistas, unificadas bajo el mando del jefe tortosino, D. Ramón Cabrera, buscaban estabilizar sus conquistas mediante la creación de unas estructuras político-militares en Cantavieja, donde se estableció su cuartel general, apoyado por un ejército que rondaba los 4.000 infantes y 200 jinetes.

Brigadier Agustín Nogueras
En este contexto de inseguridad y violencia hay que situar el atropello que sufrió en su domicilio el Beneficiado Mn. Mariano Pascual y el robo que sufrió en su propia persona el vicario Mn. Gil Tello, por un valor de 2.100 sueldos. Durante la segunda semana de febrero, fuerzas liberales desde el Bajo Aragón y desde la zona del Partido de Teruel recibieron la orden de dirigirse y actuar sobre Ejulve y Castellote, que se encontraban en poder de los carlistas. Estas presiones dieron un resultado momentáneo ya que, a primeros de marzo, encontramos de nuevo las tropas del Brigadier liberal Nogueras instalado con sus tropas en la villa.

Los enfrentamientos más graves en Ejulve se produjeron durante el mes de mayo. Según se desprende de los partes militares de los liberales que resumimos, copiados del Diario Constitucional de Zaragoza, del 18 de mayo de 1836

El día 2, el militar isabelino D. José Foxá al tener conocimiento de las exacciones que los carlistas estaban haciendo en los pueblos para establecerse en Cantavieja, desde Andorra, se dirigió hacia Ejulve donde las tropas carlistas del 2º batallón de Tortosa mantenían sus posiciones. Siendo advertida su presencia, mando rodear el pueblo por los sargentos Blas Quijano, Manuel González y Mateo Blanco, mientras que él penetraba en el pueblo, consiguiendo, tras duros enfrentamientos, echarlos de la villa quedándose con los repuestos de harina, trigo, cebada, carne, pan, armas y otros utensilios que preparaban para el fuerte.
Joaquín Quílez
A media tarde del día 11 salían las tropas isabelinas de Ejulve hacia Alcorisa, cuando fueron rodeados por las tropas de Quílez, Serrador, Forcadell, el Organista y demás sumando en total unos 2.500 a 3.000 infantes con unos 300 caballos, siendo a la salida del pueblo. El número de cristino ascendía a 280 infantes y 80 caballos. El brigadier Foxá dispuso que la infantería y 50 caballos se retirasen al pueblo y los sostuvieran mientras él se dirigía a Alcorisa en busca de refuerzos. A las 9 de la noche se produjo el ataque llegando los carlistas hasta la Plaza donde fueron rechazados dejando más de 60 muertos y 50 heridos. Durante la acción la mitad de los oficiales se batían y la otra mitad se ocupaba de fortificar la iglesia, el ayuntamiento y casas colindantes. Tras este primer ataque los carlistas no volvieron a presentarse. Llegados los refuerzos al día siguiente salieron los cristinos hacia Alcorisa con unas bajas - muertos, heridos y desaparecidos- que superaban los 60 hombres; entre los muertos se encontraban 3 oficiales de la Reina.

Tanto este encuentro como el que se produjo unas semanas más tarde, demuestran la dificultad que tenían los contendientes para controlar, de una forma efectiva, las poblaciones y el territorio de la comarca, llevando a cabo acciones de represión y venganza extremas contra el enemigo: el 29 de mayo, por orden del cabecilla carlista Quílez, fueron fusilados en Ejulve 45 fusileros y oficiales del ejército liberal.
Enfrentamiento en la Primera Guerra Carlista
Hubo más enfrentamientos entre liberales y carlistas en nuestro pueblo y muchos más en el resto del territorio del Maestrazgo, Bajo Aragón,...: durante los primeros días del mes de junio, el comandante isabelino de Alcorisa supo que Quílez se encontraba por los pueblos requisando armas. Salió en su busca y el día 6 encontró a unos 20 o 25 carlistas en Ejulve. Dio la orden de ataque con 30 hombres quienes se enfrentaron durante algún tiempo y regresando "por cansancio" a sus filas. Un miembro del ayuntamiento informó al comandante liberal de lo ocurrido y el escribano le indicó "...que no le han dejado hacer un registro y que no dejan ir a nadie por aquella parte del ayuntamiento" y que de los 23 o 24 que había en el pueblo, sólo se habían reunido 7 sin que tuviese conocimiento del paradero de los restantes. Fue hecho prisionero y fusilado un quinto desertor de Bordón y capturaron, a pesar de no hacerse con el control de la villa, un caballo, armas, mantas, alforjas, raciones de pan y carne, y rescataron a un "infeliz" que iba a ser fusilado por los carlistas por llevar un oficio a Montalbán.

10 may 2018

RECORDANDO A LOS EJULVINOS FALLECIDOS EN MAUTHAUSEN

Acabo de regresar de los actos de homenaje que cada año se celebran en el campo nazi de Mauthuasen (Austria), formando parte de la amplia delegación de la Amical de Mauthuasen que ha contado con la participación de unas 140 personas, procedentes de diferentes lugares del estado entre las que figuraban numerosos estudiantes de Bachillerato de la Comunidad Valenciana y de Cataluña.
Homenaje ante el monumento de los españoles(6/05/2018)
El campo se ha transformado en un importante memorial para conservar el recuerdo de los millares de deportados que encontraron la muerte entre sus muros durante la Segunda Guerra Mundial. En lo que fue el depósito de cadáveres ubicado entre la cámara de gas y el crematorio, se ha instalado un itinerario donde los nombres de las víctimas, vaciados en una superficie horizontal de color negro que ocupa todo el recisto, iluminan la penumbra de la estancia. Un libro recoge, también, el listado alfabético de las víctimas donde figuran los nombres de los más de 4.000 españoles fallecidos, entre los que hubo 650 aragoneses. Tres nombres corresponden a los ejulvinos que acabaron en este campo de la muerte. En los enlaces siguientes se puede acceder a sus respectivas notas biográficas y a los datos básicos de su itinerario hasta su desaparición en el otoño-invierno de 1941-1942:



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